Consejos

La reforma de una casa es una tarea compleja que bloquea tu día a día y da muchos quebraderos de cabeza. Estos se acentúan cuando la obra se hace en un país distinto al tuyo, sin una red de contactos y sobre todo sin conocer las peculiaridades del país. Estos problemas los hemos vivido como extranjeras en primera persona y también como arquitectas, acompañando a nuestros clientes. Basadas en esta experiencia, te resumimos los diez errores más comunes que debes evitar para que tu reforma no acabe en desastre.

1. No contratar asesoramiento profesional antes de empezar a planificar la reforma.

Empezar una reforma en Holanda sin experiencia previa en este país es como dar palos de ciego. ¿Qué empresas están activas en el país? ¿Qué posibilidades ofrece el tipo de vivienda? ¿Qué requisitos hay que tener en cuenta para evitar problemas legales y costes adicionales? Contar con asesoramiento profesional te simplifica esa búsqueda.

2. No conocer las particularidades de llevar una obra en el país de adopción.

La vivienda de segunda mano predomina en Holanda. Por eso, las reformas suelen tener un carácter complejo, que va más allá de un cambio cosmético. A poco que quieras cambiar, suele ser necesaria una renovación a fondo. En este contexto, es importante conocer cómo funciona el mundo de la construcción en este país, desde materiales a la distribución específica de tareas en ese sector. Sin ese bagaje te enfrentarás a imprevistos y costes indeseados.

3. No haber previsto permisos necesarios para la reforma.

Holanda es el país de la regulación por excelencia. Solicitar permisos es necesario para determinadas obras. Si no se tramitan con el suficiente tiempo de antelación, pueden causar prolongación de los trabajos, sobrecoste e incluso multas. Solicitarlos a tiempo y gestionarlos correctamente son condiciones imprescindibles para empezar tu reforma.

4. No tener un proyecto definido para acometer la reforma.

En una reforma integral es necesario contar con planos y documentos técnicos, no basta con indicaciones verbales y fotografías. Piensa que suelen estar involucrados diferentes actores, desde el contratista al ayuntamiento. Tomar decisiones sobre la marcha lo complica todo. Lo mejor en estos casos, es tener un proyecto bien desarrollado, que pueda ser consultado por todas las partes para evitar malentendidos y los consiguientes retrasos.

5. No haber estimado un presupuesto realista de obra.

Estimar los costes de la reforma no es una tarea fácil sin estar familiarizado con aspectos propios de la construcción como procedimientos, materiales o garantías. Los precios de la mano de obra, por ejemplo, puede diferir muchísimo respecto a los del país de origen. Contar con especialistas es muy efectivo para sacar el mejor provecho a tus posibilidades económicas y que tu reforma real sea lo más parecido a la de tus sueños.

6. No haber contactado al constructor con antelación.

Los constructores en Holanda suelen tener su agenda comprometida a 6 meses vista y no son muy accesibles para el cliente privado. Trabajar con asesores especializados que tengan acceso a una cartera de contratistas te facilitará dar con la empresa adecuada a tiempo, garantizando la calidad del servicio y agilizando tu reforma.

7. No comparar presupuestos y contratar al constructor más barato sin referencias.

Para hacer una buena elección del constructor es necesario entender el lenguaje técnico que permita interpretar sus ofertas. Cada constructor suele presentar su oferta de manera diferente, por lo que son difíciles de comparar entre sí. Llegar a un acuerdo con el contratista, sólo por su precio, puede significar no terminar la obra, hacerla con materiales de mala calidad o un incremento a posteriori de los costes presupuestados.

8. No haber elegido y comprado con suficiente antelación los materiales para la reforma.

Los contratistas en Holanda dan por hecho que antes de empezar la obra el propietario ya se ha encargado de la compra del mobiliario de cocina, las piezas sanitarias y algunos acabados. Se requiere mucho trabajo previo y coordinación entre cliente y constructor. Los proveedores tienen tiempos de entrega de entre 4 y 12 semanas, por lo que es necesario planificar la compra con suficiente antelación para evitar retrasos.

9. No haber previsto la supervisión de obra, o al menos de los trabajos más importantes.

Aun cuando el proyecto esté bien documentado, requiere de supervisión periódica in situ para controlar que los aspectos técnicos y estéticos se hayan realizado correctamente. Esto evita fallos de ejecución y malas interpretaciones, sobre todo en los detalles finales, donde entran en juego las preferencias personales.

10. No haber contado con gastos extras.

Los gastos extras son inevitables. Si la vivienda es antigua, como las deseadas casas de los años 30 en Holanda, al demoler puede haber sorpresas. También es común que cambies de opinión sobre un tipo de material o solución durante el trascurso de los trabajos y esa elección tenga más costes. Por ello, sé realista y deja siempre una holgura en tu presupuesto de partida.

¿Te estás planteando reformar tu casa?

En A+A Interiors sabemos lo que hay que hacer.

Ponte en contacto con nosotras pulsando el boton que tienes a continuacion

CONTACTA AHORA CON A+A INTERIORS

Todos los derechos reservados © A+A Interiors